La leyenda de la Tatuana
Hay relatos que
cuentan que hace muchos años, en época colonial, hubo en Guatemala una joven y
bella mujer de origen mulato a la que llamaban Tatuana, que disfrutaba con los
placeres de la carne y con los placeres del lujo, los cuales no estaban bien
vistos en una sociedad recatada y religiosa. Así pues, se acusó a la joven de
brujería y de hacer maleficios para conseguir a los hombres. Se le acusó de
codicia y de no seguir los preceptos de la iglesia. Por todas estas razones fue
juzgada por el tribunal de la Santa Inquisición, y fue condenada a muerte. La
Tatuana se negó a recibir la gracia de confesión de sus pecados antes de morir.
Cuentan, que la noche anterior a su muerte, pidió como última gracia un trozo
de carbón, unas velas y unas rosas blancas. Con estas tres cosas hizo en la
celda una especie de altar donde realizó una hechicería. Con el carbón pintó en
la pared una gran barca mientras recitaba conjuros, y se dice que se presentó
ante ella el mismo demonio. El demonio le sacó de la celda montada en la barca
que había pintado en la pared, y se dice que todavía se la puede ver en los
días que llueve grandes aguaceros.
Se cree que los antecedentes de esta
leyenda provienen de la mitología maya, y más concretamente de la leyenda de
Chimalmat (Diosa que se vuelve invisible por causa de un encantamiento).
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